CROQUETAS DE POLLO CASERAS

Receta importada de Francia, donde ya constituían una delicadez gastronómica que encandibala a la alta burguesía a principios del siglo XIX. De hecho, su nombre proviene del término 'croquette', que deriva del verbo 'croquer', que en francés antiguo significaba 'morder'.

Hoy en día es más popular en los Países Bajos y en España, donde puede comerse como acompañamiento, plato principal, entrante o tapa.

Una croqueta tiene que ser melosa, no muy grande y además ser crujiente. Hay una variedad de croquetas muy extensa, se pueden hacer prácticamente de cualquier cosa. A mi me encantan las de jamón, pero en esta ocasión os enseñamos como hacer unas de pollo para chuparse los deditos. 

Ingredientes

Aceite

1 cebolleta

4 cdas harina para la bechamel

caldo pollo

trocitos de pollo cocido ( mismamente del caldo), se puede añadir jamón o de lo que se quieran las croquetas

pan rallado

huevos

harina para rebozar

Elaboración

En una sartén ponemos un poco de aceite, una cebolleta pequeña muy picada y se deja pochar muy bien. 

Ponemos las 4 cucharadas de harina y se tuesta junto con la cebolla y agregamos el caldo haciendo una bechamel.
Después añadimos el pollo bien picadito y le damos vueltas hasta formar una pasta. La colocamos en un bol y se tapa con papel film. Se deja que se enfríe.

Una vez fría con una cuchara cogeremos poco a poco y iremos haciendo la forma de las croquetas. Las pasamos por harina, huevo y pan rallado, en ese orden. 

Cuando hayamos acabado con toda la masa y tengamos todas nuestras croquetas procederemos a congelarlas.  Se pueden freír sin congelar, pero hemos comprobado que si las freímos al día siguiente después de haberlas congelado se hacen mucho mejor.

Una vez fritas ya solo queda...¡Llevarlas a la boca!